miércoles, 4 de mayo de 2016

EL AGUA DE LA VIDA, Sara Gruen (Reseña)

La vida disoluta de la disfrutaban Maddie y Ellis Hyde, junto a su inseparable amigo Hank llega a su fin tras una fiesta de Nochevieja en la que su comportamiento, excesivo y sin respeto a las mínimas normas de educación que impone la sociedad de Filadelfia en el año 1944, llega a oídos de Edith Stone Hyde, la madre de Ellis.
Furiosa con la actitud de su hijo y de su nuera, a la que nunca podrá perdonar sus orígenes, la mujer inicia una violenta discusión en la que los reproches mutuos comienzan a subir de tono y a la que se une su marido. Incapaz de contener la rabia por las insinuaciones que su padre le hace al no haberse alistado para pelear en la Segunda Guerra Mundial, Ellis le acusa de basar su prestigio social en una gran mentira, unas supuestas fotos, que el Coronel presume haber obtenido del monstruo del lago Ness y que todos saben que fueron trucadas.
Las palabras de Ellis ocasionan la ruptura con su familia y la expulsión inmediata de la casa, así como la suspensión de su asignación mensual.

Desesperados y sin recursos para sobrevivir, Maddie y Ellis aceptan la propuesta de su amigo Hank y se embarcan rumbo a las Highlands, dispuestos a triunfar en la empresa en la que el Coronel había fracasado, demostrar la existencia del monstruo. Si lo logran, quizás puedan recuperar el apoyo de la familia Hyde, y con ello su dinero y posición social.
Encerrados en un pequeño camarote en el que los privilegios, el dinero y la clase poco importan, los tres amigos deben aprender a vivir sin las comodidades que rodeaban sus vidas hasta pocos días antes. Sometidos a la falta de intimidad, de comida y asustados, en el océano que atraviesan se librara una cruenta guerra de la que tan solo habían hablado en sus confortables y protegidos salones de Filadelfia, Hank, Maddie y Ellis ponen a prueba su verdadera fortaleza y carácter.

La llegada a su destino, en Escocia, supuso un alivio para sus cuerpos y sus ánimos, aunque el respiro duró poco, el tiempo justo en comprobar que la vida fácil que habían abandonado no la recuperarían en una Europa arrasada por una guerra, en la que los alimentos escaseaban al igual que la electricidad.

Hospedados en un pequeño hotel rural, Ellis y Hank comienzan la búsqueda desesperada del monstruo, mientras Maddie, decepcionada por el comportamiento de su marido, decide no acompañarles.
Sin amigos, sin familia, sola y sin nada que hacer, la mujer empieza a cuestionar su antigua forma de vida, sus prioridades y deseos, mientras observa la fortaleza de las gentes que sobreviven en aquel entorno tan duro, superando la pérdida de sus seres queridos, la guerra y las necesidades.
El ejemplo de Anna y Meg, las dos mujeres que trabajan en el hotel y de Angus, el dueño, abren los ojos a Maddie a una realidad que desconocía o que no deseaba conocer arropada por la comodidad que su matrimonio le había proporcionado. Avergonzada de su inactividad, Maddie decide cambiar su actitud y participar de forma activa en las tareas del hotel, aunque esto supongo un rechazo por parte de Hank y Ellis, obsesionados con la búsqueda del monstruo, de los que cada vez se va alejando más.

La historia narrada en El agua de la vida es un reflejo de cómo la realidad cambiante nos lleva a modificar los conceptos vitales, que considerábamos justos o reales hasta cambiarlos de forma radical.
Un ejemplo de adaptación, de superación, de conocimiento personal y de modificación de valores, es el que sufre su protagonista Maddie, un personaje muy bien trabajado, que con sus actuaciones nos va mostrando esa catarsis que se produce en su interior, al observar y compartir las duras realidades que la rodean, en las que se apoya para lograr su propio cambio personal. Una protagonista que engancha y con la que se logra empatizar a lo largo de la lectura.
Un proceso similar, aunque a la inversa, se produce en uno de los personajes masculinos, el de su marido Ellis. En él, los sucesos que se van produciendo durante la aventura que emprenden en busca del monstruo del lago Ness, le marcan al igual que a Maddie, pero es este caso, lo que se descubre en su interior es la oscuridad más profunda, que le puede llevar a cometer las acciones más bajas.

Me hubiese gustado que el personaje de Hank estuviese un poco más definido, para conocer algo más de él y comprender la dependencia que le une a Ellis y que es determinante en la trama.
La lectura es fluida enganchando al lector con una prosa cadenciosa y bien llevada, que dificulta el momento de cerrar el libro porque se quiere saber más de los personajes, de su pasado y de su futuro. Lectura recomendable, de las que los personajes continúan en tus recuerdos, cuando cierras el libro.
Las descripciones, tanto de personajes como del entorno que les rodea, son las justas para situar al lector sin detenerse demasiado en nimios detalles que ralentizan la acción.


El agua de la vida es el quinto libro de Sara Gruen, nacida en Vancouver, Canadá, en 1969. Autora de los bestsellers  Riding Lessons(2004) y Flying Changes(2005), con su novela  Agua para elefantes se situó inmediatamente en lo más alto de las principales listas de ventas de Estados Unidos vendiendo más de tres millones de ejemplares en todo el mundo y siendo traducida a 44 idiomas. Su adaptación cinematográfica ha sido protagonizada por Robert Pattinson y Reese Witherspoon. 
La casa de los primates es su cuarto libro en el que continúa con su lucha en defensa de los animales. Vive en Carolina del Norte con su marido y sus tres y rodeada de animales.

PLANETA
Colección: Planeta Internacional
Temática: Narrativa contemporánea.
ISBN: ISBN: 978-84-08-15026-8
448 Páginas.
Disponible en digital.



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