jueves, 19 de septiembre de 2013

LAS LEYES DE HERMÓGENES, de Josep Capsir

¿Qué sé de Josep Capsir?, que es barcelonés, que ha participado en varios certámenes literarios y que en 2010 ganó “Mi primera vez” de la Vanguardia. A través de su blog “Mi ventana al exterior” recrea a sus seguidores con sus relatos de humor denominados “relatos para ensanchar las costillas” y en paralelo escribía “La herencia de Jerusalén”, otro libro fascinante que también tuve el placer de leer. Cuando empecé la lectura de este libro, no tenía ninguna idea preconcebida acerca de la temática que abarcaría Capsir con su nueva novela, si presentaba alguna similitud con “La herencia de Jerusalén”, estaba segura de que me iba a gustar, solo había seguido algunos comentarios a través de algún club o grupo de lectura, desde ese momento había comenzado a llamar mi atención y agradezco a su autor por haberlo escrito, pues de cierta manera su personaje principal, ha evocado en mí el recuerdo de mi hermano. No voy a hablar del argumento porque para eso es necesario leer el libro pues cada lector siente y piensa de manera diferente y adelantar pasajes sobre esta obra, quita el mérito de aprender de este hombre llamado Hermógenes, más bien voy a hablar de lo que estos diálogos y la historia que se va tejiendo a partir de ellos y de lo que me han hecho sentir, es más, me han trasladado a un pasado muy lejano cuando la vida era más fácil, cuando la única responsabilidad era estudiar y sacarse algún dinero en el verano a base de algún trabajo en alguna oficina. El lenguaje usado por su autor es absolutamente carente de adornos, lo que hace de su lectura una continuación de una conversación familiar o entre amigos, no hay excesos de comas ni puntos, lo que es de agradecer pues si cabe decirlo, hace compenetrarse más en la piel de cada uno de sus personajes y vivir a través de ellos. Comentaba al principio que su lectura me ha recordado a uno de mis hermanos, pues tanto él como el viejo Hermógenes tenían sus propias reglas, un sinnúmero de leyes incambiables que me han ayudado hasta el día de hoy, creo que este personaje ha dejado de ser eso, un personaje de un libro, para cobrar vida y traerme otra vez a mi hermano, con muchos más años y con mucho mal genio pero al mismo tiempo, con un gran corazón. Por otra parte, los niños no siempre son niños, van creciendo y junto con ello, van formando su “personalidad” palabra que destaco pues siempre pensé en una definición absolutamente distinta a la que aprendí tras la lectura, pensé incluso en discrepar absolutamente con el autor pero, tras la profunda explicación que da, ha puesto en duda todo lo que he sostenido hasta hoy, volviendo a los niños diré que forman sus propias familias. Esta obra también nos enseña y nos habla de los amores de adolescentes y de cómo ellos pueden durar para siempre, como a veces una carita bonita no es tan trascendental como los sentimientos que se esconden detrás de ella, Toni nos narra también sus impresiones y de una manera tan bien contada que es como lo que decía al principio, estar charlando con un amigo y no con un personaje del libro, gran mérito de Capsir en recrear las escenas como si las estuviéramos viviendo junto a sus protagonistas. En resumen, es un libro que enamora y encanta desde la primera página hasta su desenlace, un libro con vida propia y cuya vida nos involucra, nos estremece, nos hace vibrar, reír y llorar, un libro mágico que sin duda animo a leer, no solo no los dejará indiferentes, sino que se sentirán como un personaje más. He rescatado este párrafo porque cuando era pequeña siempre me tocó mirar para arriba y siempre, aunque siendo una niña, traté de imitar a mi papá en todos los aspectos, el mundo gira y la vida cambia, hoy pasa justamente al revés, es mi padre el que ve a sus hijos grandes, tan altos y tan lejos que se vuelven casi inalcanzables, otra de las muchas frases de este libro que han dado un fuerte vuelco en mi corazón y cuya lectura se hace imprescindible, pues no solo es la historia de un viejo malhumorado, sino también un gran ejemplo de vida, gracias Josep por demostrarme a través de este libro, que en nuestras vidas existen personas tan importantes que nos han enseñado a vivir, he aquí el párrafo: “Durante mi niñez idolatraba la imagen de mi padre, lo veía desde abajo, como un ser todopoderoso y sabio, una persona fuerte que me transmitía seguridad, de modo que mi objetivo era plagiar todas sus actitudes, pensamientos y creencias para poder llegar a ser como él”.
Versión Digital.
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Reseña aportada por nuestra compañera y amiga:
María Loreto Navarro Pacheco

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