sábado, 21 de junio de 2014

LA NAVAJA INGLESA, de José de Cora (RESEÑA)

La falta de sucesores directos por parte de sus hermanos y tras la muerte de estos, Carlos III accede al Trono del Reino de España, siendo conocido por sus grandes tratados y acuerdos en beneficio de la corona.

Sus ambiciosos  proyectos de reconstruir el funesto semblante de la ciudad eran de suma urgencia; las calles embarradas por falta de asepsia, los olores podredumbres de todo tipo por la carencia de canalización y mezclados con la miseria del lugar; era una obra de gran envergadura para dejar un Madrid pulcro y radiante, tal y como merecía su reinado.

Carlos III, decide emprender las obras del Salón del Prado y  diferentes fuentes; la construcción de la hoy conocida Cibeles en el corazón de la ciudad, para todo ello escuchó atentamente a sus maestros José de Hermosilla y Ventura Rodríguez que formaban cabecera de los mejores arquitectos de la época. Los blancos y pulidos mármoles transportados desde las canteras Toledanas darán forma a La diosa y los leones, sobre una base de piedra maciza, como hoy la contemplamos, todo tallado por los mejores en la materia.

El hallazgo de un joven muerto y castrado, causa un gran impacto entre las gentes ya que la víctima era poco relevante, fue tal repercusión qué una vez informado el propio Monarca, esté ordena a El comisionado del intendente una completa investigación; Dámaso Mayorga, pronto llegará a la certeza de los hechos guardan relación con la diosa frigia a quien los clérigos ofrecían su virilidad en los momentos de quimera. Dosindito no será el único, le sucederán una serie de asesinatos con el mismo modus operandi, despertando todo tipo de sospechas y miedos en toda la cuidad; llegando incluso a las más altas estancias de la casa real, quedando en entre dicho el nombre de La Princesa de Asturias.

La Princesa de Asturias, María Luisa de Parma, era conocida en la Corte por sus diversos amoríos tan dispares como condes, barones o  plebeyos, todos eran bien abrigados entre sus faldas, al amparo del deseo meramente carnal; incluidos el negro Tomás o Goomer Astudillo conocido por sus inclinaciones y su insustancial carácter.
Serás testigo directo del devenir de la corte de Carlos III, con protagonistas tan variopintos como un ramillete de flores.

LA NAVAJA INGLESA, nos desvela parte de los mitos y leyendas que se ocultan bajo el asfaltado de la gran joya madrileña, con grandes partes de historia contadas de manera novelada y un toque de ácida ironía. Entre sus páginas se esconde una confabulación, donde la Iglesia tiene un papel importante, donde la lujuria mitigaba el almidón de los calzones o faldones, según a quién le picara y la violencia era tan desproporcionada como la riqueza.  
Sin llegar a hacer pesada en lo referente a la historia de la época, nos envuelve en un thriller que no escatima en dudas.

Es la primera ocasión que tengo de leer a esté autor, pero puedo asegurar que no será la última, porque ha nacido el género Coriano de novela.
José de Cora, sobradamente conocido en el arte de las letras, respetado en todos los medios por méritos propios y con una pluma muy personal que le caracteriza. Esté lucense de apariencia bonachona, esconde en sus líneas esa seguridad que aporta la sabiduría de los años y que transmite en cada página.


¡FELICIDADES MAESTRO Y GRACIAS!, súmese otro gran éxito a su biografía.


4 comentarios:

  1. Es la primera reseña que leo de esta novela, sin duda lo leeré. Un beso

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    1. Ful, puedo asegurarte, que te atrapara... Esta genial.....

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  2. Me ha encantado comprobar que una lectora perspicaz como es Mirella Patiño descubriese la intención innovadora que subyace en La navaja inglesa y que ella llega a definir como estilo coriano de novela. La verdad es que no podía aspirar a más. Estos días de presentaciones por toda España dije en más de una ocasión que no era una novela de género, sino de géneros, y definí la novedad como un producto esdrújulo, aunque no tendré ningún inconveniente en transformarlo en coriano si al término le acompaña la fortuna.
    Fue un objetivo buscado desde los primeros pasos en la elaboración de la historia por varios motivos, pero el más determinante tenía que ver con las propias características del personaje principal, aquel que no aparece, pero que preside toda la trama, la diosa Cibeles.
    Cibeles es mujer de múltiples facetas, por diosa, por antiquísima y por mujer. Darla a conocer a través de una novela no podía limitarse a ofrecer un relato donde la divinidad pululase como podría hacerlo cualquier otro ser fantástico; sino que la historia tenía que empaparse de ella y hacerse ella omnipresente en la historia. De esa forma aparece la necesidad de equilibrar la presencia de los géneros a medida que se suceden los acontecimientos. Géneros que casualmente resultaban ser palabras esdrújulas. De ahí a bautizar el resultado con ese adjetivo, mediaba un paso.
    Era policíaca, porque el hilo conductor de la trama seguía la investigación de una serie de crímenes. Era erótica, porque a través del sexo practicado por sus protagonistas se ponía de relieve el que propicia la diosa. Mistérica, porque sus ritos lo son. Histórica, porque una buena parte de sus personajes aparecen también en los volúmenes de historia. Mitológica, porque la diosa es uno de los pilares en los relatos más antiguos de la humanidad. Arquitectónica, eclesiástica, sádica, esotérica... incluso madridística, si fuese posible esdrujular el invento.
    En cuanto a los resultados había también otras dos intenciones más difíciles de conseguir y en cuyo acierto no bastaría el deseo, sino la opinión de los lectores. Una era conseguir la combinación de todos elementos para que la narración resultase amena y en definitiva, lograr un texto sólido y literariamente valioso, en consonancia con la época que se narra y al mismo tiempo, con los gustos del momento en el que va a ser leída. Con la segunda intención, de nuevo regresaba lo esdrújulo: La navaja... tenía que ser didáctica, para que ningún madrileño vuelva a decir que Cibeles era una chulapa de Chamberí.
    En esos últimos aspectos tengo que decir, valga la inmodestia, que La navaja... está encontrando el reconocimiento de los lectores, algunos tan especializados como los autores de ¿Te gusta leer?, cuya labor en pro de los buenos libros es impagable. A todos, mi agradecimiento más sincero.
    ¿Coriana? Más que un piropo, parece un reto, y no escatimaré esfuerzos para superarlo.

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  3. Es un tesoro que estoy descubriendo gracias a una magnífica feria del libro. Sonia

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