La vida de Wyatt, ladrón profesional metódico y conocedor del buen hacer de su oficio, se rige por un estricto código en el que cada paso, cada decisión, cada actitud, está enfocada a pasar desapercibido en las grandes ciudades en las que se mueve y en las que lleva a cabo sus negocios.
Prudente en un oficio en el que el mínimo fallo terminaría con su vida, planea al detalle cada golpe, calculando las vías de escape, los posibles contratiempos, sin permitirse un margen para la improvisación.
Desconfiado, eso le ha mantenido vivo y sin fichar por la policía durante muchos años, Wyatt trabaja solo, ni quiere, ni necesita socios, prefiere utilizar soplones para detalles de su trabajo.
A pesar de ser un gran conocedor de su oficio, Wyatt se da cuenta que su desconocimiento en el mundo informático, en las nuevas tecnologías y su negativa a aprender, se está convirtiendo en un gran obstáculo. Cada vez más, el dinero se mueve a través de entramados financieros de los que él desconoce su funcionamiento y a los que jamás podría acceder para robar. El dinero en efectivo apenas es visible en las transacciones lo que le impide llegar a robarlo en esos movimientos. Las joyas, pesadas y complejas de colocar en el mercado negro, al igual que el arte, cierran otra puerta a su único medio de vida, el robo.
Por ello cuando un conocido, Eddie Oberin, ladrón como Wyatt, le propone desvalijar a Alain Le Page el encargado de trasladar joyas robadas desde Europa, decide aceptar.
Los datos de la operación son proporcionados por Lydia, la ex mujer de Eddie Oberin, que desea vengarse de dos joyeros, los hermanos Henri y Joe Furneaux, contactos de Alain Le Page que se encargan de vender la mercancía robada que éste les proporciona.
Preocupado por la motivación que mueve a Lydia, Wyatt considera que un robo debe hacerse y planificarse con la cabeza fría, sin permitir que los sentimientos bien de venganza, de avaricia, se vean implicados, ya que pueden llegar a interferir y nublar nuestra mente.
Sin embargo, la forma de trabajar de Lydia, metódica, precisa y sin dejar ningún detalle a la suerte convence a Wyatt y decide arriesgarse en una operación que en un principio parece fácil y segura.
Conocedor como pocos de la dureza del mundo en el que se mueve, Wyatt se verá sorprendido por la traición de quien menos esperaba. Frío y calculador Wyatt planifica su venganza como respuesta a quienes le han engañado mientras lucha por huir de la policía.
Wyatt nos sumerge en el oscuro mundo de la delincuencia de la mano de su protagonista, un hombre cuya ética se basa en la subsistencia, para el que la vida ajena se respeta tan solo si no interfiere en sus planes. A pesar de la rudeza del personaje su forma de entender la realidad está tan bien perfilada que el lector llega a empatizar con él. Su disociación entre el bien y el mal dista mucho de la impuesta por la ética común, no obstante, la determinación y la claridad en sus planteamientos hace que según avance la historia la idea de que es un ladrón y un asesino, si es necesario, pase a un segundo plano, convirtiendo a Wyatt en un héroe atípico.
El estilo narrativo es muy bueno, así como el ritmo que imprime a la acción y con ella a la lectura.
Cada personaje es tratado de forma individual pero dentro de un conjunto, cada actor que se presenta tiene una misión, nada queda dispuesto al azar, ningún movimiento de la trama se produce sin motivo, algo muy complejo cuando se juega con tantos frentes como hace Garry Disher en esta historia.
Narrada de forma lineal en el tiempo, apenas se dan datos de la vida anterior del protagonista, ni de las motivaciones o vivencias que le conducen a la situación en la que ahora se encuentra.
Muy bien llevada la relación entre Wyatt y Lydia, sin caer en típicos romanticismos, aporta las pinceladas suficientes para que el lector comprenda sus intenciones, dejando una puerta abierta que cada uno puede completar como prefiera.
Una lectura para disfrutar, para recrearse con el trabajo bien hecho. Recomendable para los lectores de buena novela negra.
Garry Disher, autor de Wyatt, nació en 1949 en Burra, Australia. En 1978 consiguió una beca de escritura creativa en la universidad de Stanford y desde 1987 se dedica por completo a la literatura. Su obra contiene más de cuarenta títulos de diferentes géneros, históricos, juveniles, relatos cortos.
Además de dos series de novela negra, que han cosechado grandes éxitos: Wyatt y Challis & Destry. Kickback y The Dragon Man.
Otras de sus obras premiadas son: Ther Bamboo Flute (1992) como la mejor obra de juvenil de su país y The Sunken Road (1996), título con el que ganó el NBC Banjo Award.
Ediciones Pàmies
Colección: La Huella
ISBN: 9788416331550
320 Páginas
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