En el año 1916, Frederic Mayol o Friedrich como le conocen sus amigos, regresa a la casa que su padre, Horaci Mayol posee en Barcelona tras ser herido de gravedad en el frente.
Desilusionado con una sociedad que ensalza los valores de una guerra en la que él ha participado y en la que ha visto morir a amigos y compañeros, en un sin sentido que no llega a comprender y que repudia, el joven busca refugio en las paredes que protegieron su infancia.
La convivencia con su padre, cómoda y rutinaria le lleva a recordar los momentos en los que su madre Claudine aún vivía con ellos, antes de que decidiese abandonar a su marido y regresar a su vida en Viena.
Incapaz de comprender los motivos que llevaron a ese distanciamiento, Friedrich decide no juzgar a sus padres, manteniendo una buena relación con ambos.
Necesitado de un futuro y de una ocupación en la que emplear su tiempo, el joven decide retomar su profesión, la psiquiatría.
Sus contactos le llevan hasta la institución que dirige el doctor Sebastian Freixas, un lugar pionero en tratamiento para enfermos mentales, que Friedrich encuentra interesante y a cuyo equipo de trabajo decide unirse.
Las semanas previas a su incorporación al nuevo puesto, el joven las aprovecha para descubrir la vida social de la ciudad condal española. De la mano de Juanjo Alcaraz, un periodista de sucesos conocedor de los entresijos de la ciudad, Friedrich se introduce en algunas fiestas. En una de ellas conocerá a los hermanos Raventós, Gerard y Blanca y a su prima Mariola por los que sentirá una especial simpatía, sobre todo por Blanca, una bella joven de carácter poco convencional por la que se sentirá atraído.
El trabajo en la institución mental resulta más interesante de lo que Friedrich había imaginado en un principio.
Aunque la necesidad de dormir en el edificio durante una semana al mes, su jefe quiere la presencia de un médico de guardia, le resulta duro, poco a poco llega a acostumbrarse.
Entre los enfermos ingresados, dos despiertan con más fuerza el interés del joven siquiatra.
Uno de ellos, Biel Estrada, es un joven pintor de gran talento, o así lo califica la crítica y los marchantes de arte; Biel, obsesionado con su obra padece crisis de ira y agresividad. Una vez superadas, el hombre no parece recordar ninguno de esos episodios. Intrigado por los motivos que le llevaban a estos comportamientos, Friedrich mantiene largas conversación con el paciente tratando de indagar en su pasado para descubrir los motivos de tal desequilibrio.
Gracias a otro de los internos, el padre Robí, un sacerdote al que sus superiores decidieron ingresar para llevar a cabo una terapia de descanso, sutil forma en la que la iglesia quiere decir que el sacerdote no tiene su mente sana, Friedrich descubre que el edificio en el que reside había sido, años antes, un colegio, el Colegio de los Ángeles, regentado por Águeda Sanmartin, su directora y una amiga y profesora que le ayuda en las tareas de intendencia, Irene.
La historia del colegio, conocida por el padre Robí y alguno de los trabajadores que todavía trabajan en el psiquiátrico, resulta muy triste. En 1908 justo cuando la primera generación de niñas, educadas bajo criterios liberales en los que se trataba de inculcar que la posición de la mujer en la sociedad no era de mero objeto, sino que como parte de la misma debían buscar su profesión y ser útiles al bien social estaba a punto de graduarse, un incendio termina con la vida de una de las profesoras, Irene y una de las niñas más pequeñas Eloísa. Este duro suceso llevó a su directora Águeda a decidir el cierre del centro y la dispersión de las niñas.
Obsesionado con el asesinato de una de las jóvenes que formaba parte de esa primera generación de niñas que se iban a graduar, el padre Robí entrega a Friedrich un documento sobrecogedor en el que aparecen reflejados los últimos días vividos en el colegio.
Los detalles que se narran en aquellas líneas y la muerte, en un supuesto suicidio del padre Robí, llevan a Friedrich a iniciar una investigación sobre un pasado cruel y oscuro cuyos tentáculos se mantienen en el presente acercándose con peligro a la mujer de la que se ha enamorado, Blanca Raventós.
Toni Hill, el autor de Los Ángeles de hielo, nace en Barcelona en 1966. Licenciado en psicología lleva tiempo trabajando en traducción literaria. Su primera obra El verano de los juguetes muertos, se publica en el 2011 alcanzando un gran éxito de público y crítica. Tras ella publicó Los buenos suicidas (2012) y Los amantes de Hiroshima (2014), que completan la trilogía de novela negra cuyo protagonista es el inspector Héctor Salgado.
La historia se inicia en Barcelona en los años 1914, con el relato del asesinato de una joven de buena familia a manos de su supuesto novio, un muchacho de origen humilde que es juzgado y ejecutado por esa muerte.
Sin más explicaciones, el autor nos traslada al año 1931, en el que un monólogo del doctor Sebastián Freixas nos permite conocer al personaje principal, Fredric Mayol, o al menos las impresiones que él tuvo sobre el joven la primera vez que le vio.
A partir de ese momento los saltos en el tiempo y en el espacio son constantes, intercalando la acción que se desarrollan en la vida de Fredrich con los sucesos, que años antes, acontecieron en el Colegio de los Ángeles.
Entre una y otra línea argumental se mantiene la presencia del doctor Freixas. Como un narrador que conoce el inicio y desenlace de toda la historia, su voz aparece en algunos pasajes, aclarando y adelantando acontecimientos en un diálogo directo con el lector, que en ocasiones rompe un poco el ritmo de la lectura.
El estilo narrativo es virtuoso, manteniendo la atención y centrando al lector en los diferentes escenarios. Una vez conocidos los personajes no resulta complejo seguir los cambios de ubicación y trama, además cada uno de ellos tiene su lugar y momento, todos son útiles y necesarios en el argumento, algo complejo de mantener en obras con un número de actores importante.
Me hubiese gustado que se profundizase un poco más en aspectos del carácter y la personalidad de algún personaje, ya que se dejan retazos incompletos o más bien se sugieren aspectos que luego no se aclaran no sé si con intención del que el propio lector rellene los espacios. La relación entre los hermanos Raventós, el pasado de Águeda Sanmartin, de Biel Estrada o de Mariola.
Una historia interesante, bien estructurada, que engancha y anima a la lectura. Muy recomendable para lectores perspicaces y atentos.
GRIJALBO
Temática: Contemporánea/Novela Negra
Colección: Novela de intriga.
ISBN: 9788425354380
464 Páginas.
Disponible en digital.
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