En la comisaría de Bron, en la región de Rodano, Francia, permanece retenida la magistrada del tribunal supremo español, Lola MacHor. Su presencia en un domicilio de la localidad, al lado de un cadáver con signos de tortura, lleva a la policía a detenerla a la espera de una explicación.
Junto al fallecido se encontraba también el cuerpo malherido del inspector Juan Iturri, miembro en activo de la Interpol, gran amigo de la jueza.
Preocupada por el inspector Iturri, la mujer se niega a facilitar ningún tipo de información, hasta no tener noticias del hospital. Tras conocer que su amigo se mantiene estable, Lola se relaja y se muestra más colaboradora.
Conocedores de los hilos que mueven la política y de la imposibilidad de investigar, de manera oficial el suceso, el comisario responsable Mathieu, el fiscal Nïel y el médico forense
Pierre Combeau, deciden sacar a Lola de la comisaría y acompañarla a un restaurante cercano y de confianza, para que de manera extraoficial les informe de lo sucedido, o al menos de la parte que ella conoce y en la que estuvo implicada.
Allí, la mujer irá desgranando los sucesos de los últimos días, que la han llevado a verse involucrada en la investigación para esclarecer el secuestro de su amigo Iturri, con el que mantiene una relación de dependencia afectiva, desde hace años.
La llegada de un mensaje incomprensible a su teléfono móvil, de parte del inspector, y la imposibilidad de comunicarse con él, alerta y preocupan a Lola. En un intento por localizar el paradero de su amigo, la jueza no dudará en recurrir a contactos legales e ilegales, a los que tiene acceso gracias a su profesión y sus contactos.
Cada noticia recopilada, cada nuevo dato, incrementan sus miedos sobre la seguridad de Iturri.
Apoyada por el teniente coronel Villegas, al que la vicepresidenta del gobierno reclama por la trascendencia política del secuestro del inspector, Lola pasa a formar parte del equipo dirigido por Villegas. Junto a Matías y La Chata investigará y analizará cada detalle de la rutinaria vida de su amigo, en un intento por localizar su paradero y a sus captores.
La trama de “Dispara a la luna” comienza el 10 de diciembre con la aparición de un cadáver con signos de tortura y la detención de la jueza Lola MacHor. La primera parte se centra en las reflexiones de la mujer mientras es interrogada en la comisaría de Bron por miembros de la policía francesa.
Tras esta presentación de la protagonista principal, la autora regresa al 28 de septiembre del mismo año y nos muestra el suicidio de un preso en la prisión de Alcalá Meco. El muchacho, Xabier Gortari de 24 años, acusado de pertenencia a una banda terrorista, reniega, tras pasar más de tres años encarcelado, de los motivos que le llevaron a esa situación.
Su muerte provoca los deseos de venganza de su hermano, Joseba Gortari, que obsesionado con una infancia marcada por la desdicha decide buscar al culpable de la muerte de Xabier, incapaz de creer en su suicidio. Para llevar a cabo sus planes, Joseba pide ayuda a su hermana Anne y a su marido, Iñaki Pérez, un joven sin demasiada personalidad, abocado a una vida que no quiere y de la que trata de huir.
Desde ese punto, la historia va saltando entre los preparativos de Joseba para llevar adelante sus deseos de venganza y la narración que Lola relata a sus interlocutores franceses, a los que refugiados en un restaurante decide contar lo sucedido, o al menos la parte que ella conoce.
Entrelazadas ambas narraciones, el lector llega a disfrutar de una verdad completa sobre lo sucedido, a través del entramado de personajes.
La narración fluida de Reyes permite una lectura ágil y cómoda. Sin detenerse en descripciones innecesarias y manteniendo el ritmo en toda la obra. Aunque antes de la mitad de la novela ya se conocen todos los personajes interesantes y creíbles, y el papel que cada uno juega en la trama, la autora mantiene la tensión animando a continuar con la lectura.
He disfrutado mucho con las subtramas, sobre todo de personajes secundarios que aportan más peso a la historia, me gusta que la acción se rodee de un trasfondo personal, dotando de vida y pasado a los actores.
Una buena historia, de la que disfrutarán, sin duda, los lectores de novela negra y policíaca.
Reyes Calderón, la autora de “Dispara a la Luna”, es doctora en Economía y Filosofía y enseña la asignatura de Gobierno Corporativo en la Universidad de Navarra, compaginando este trabajo con la creación literaria.
Su recorrido dentro de la escritura pasa por ocho títulos de novela; Las lágrimas de Hemingway, Los crímenes del número primo, El último paciente del doctor Wilson, La venganza del asesino par, Tardes de chocolate en el Ritz o La puerta del cielo.
Galardonada con el Premio Abogados de Novela por su obra “El jurado número 10”, Reyes Calderón se consolida como una escritora de novela de intriga, teniendo uno de sus mayores éxitos con el personaje de la jueza Lola MacHor.
PLANETA
Colección: Autores Españoles e Iberoamericanos.
Temática: Novela negra y misterio / Novela de policías.
ISBN: 978-84-08-15421-1
605 Páginas.
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