Después de
recibir como regalo de cumpleaños unas ediciones facsímiles de algunos de los
códices prehispánicos en los que los
escribas mesoamericanos plasmaban fielmente, con gran habilidad y por medio de
pictogramas las creencias religiosas, los avances culturales y científicos, la
historia, el sistema económico, la cronología, los ritos, las ceremonias, las
leyendas de su civilización, la autora se deja llevar por la fascinación y el
gran entusiasmo que en ella despierta ese primer contacto con un mundo lleno de
sabiduría y riqueza cultural. Ese mundo ha sido siempre visto por el mundo
occidental como alejado del progreso y la civilización y por ello Teresa
decidió tomar una serie de notas en forma de libro, que recojan parte de lo
reflejado en sus nuevas lecturas para, de este modo, compartir con el resto de
la humanidad tanta sorpresa y admiración.
Es así como a lo
largo de 24 capítulos escritos en el jardín de su casa en el transcurso de un
periodo vacacional, relata algunas de las historias contenidas en sus fantásticos
Códices (‘El Laud’, ‘El Cospi’, ‘El Fejérvary-Meyer’, ‘El Vaticanus’, ‘El
Borbónicus’, ‘El Selden’, ‘El Zouche-Nuttal’, ‘París’, ‘Dresden’, ‘Madrid’ y ‘El
Bestiario azteca’) resumiendo en una pequeña selección aquellos mitos, leyendas
y creencias religiosas, que más le llaman la atención.
Ediciones Atlantis
LA AUTORA:
Mª Teresa Abedul, 12 de febrero de 1959 - San Sebastián
En
mi familia siempre me han inculcado el amor por el arte en todas sus vertientes
como la pintura, la música, la literatura y la historia.
Estudie
pediatría puericultora (en la
Sorbona , dato nada relevante, ya que mi lengua materna es más
la francesa que la española). En 1989 la organización mundial de la salud me
propuso participar en el programa GROW. Trabajo que consistía en averiguar
cuanto habíamos crecido y engordado los españoles para actualizar los
percentiles de talla, peso, perímetro craneal y pronóstico de talla. Este
trabajo duró 5 años. Al finalizar, mi
equipo obtuvo el premio GROW.
Entre
tanto tome clases de pintura y me sumergí en el mundo de las exposiciones. En
las galerías de arte colgaron mis lienzos (Madrid, París y otras ciudades del
mundo). La verdad es que me causaba alegría saber que personas desconocidas
compraban mi obra.
Intenté
durante tres cursos aprender japonés. El idioma no lo aprendí, pero mi
profesora y su familia se hicieron grandes amigos míos. Catorce años han pasado
ya y una vez al mes nos reunimos para charlar y tomar un te.
En
el 2005 el director de los cursos internacionales de Neuro- historia,
organizados por la Sociedad Española
de Neurología, me invitó a participar como ponente en sus cursos anuales hasta
que los suspendieron. Las ponencias siempre estaban relacionadas con la
medicina antigua y la historia de los países a los que nos dirigíamos: Egipto, Siria,
Jordania, Italia, Perú, Turquía y México. Tanto me preguntaron sobre si podrían
consultar en algún sitio mis discursos que ahora me he atrevido a plasmar parte
de aquello y otras cosas en este libro.
También he tenido el placer de participar en
cursos en la Biblioteca Nacional
de Madrid y en el Museo de América. Soy socio fundador de la asociación
cultural Seshat, con sede central en Barcelona.
¿Mis aficiones? La fotografía, por ejemplo. Mi
primera cámara fue de la Kodak
modelo fiesta y tenía 5 años. Intento aprender a tocar el piano. Me gusta leer
y ahora escribir.
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